Cuartel General en El Socorro, a 25 de febrero de 1820.
Al Vicepresidente de Cundinamarca.
El acta de reconocimiento que V.E. ha celebrado con los próceres de Cundinamarca, del gobierno y República de Colombia, es el sello de nuestra libertad, es el título de inmortalidad de nuestra nación. Cuando nuestras postreras generaciones lean el acta sagrada de la creación de la República de Colombia y la sanción que ha recibido por los más beneméritos de Cundinamarca, no podrán impedir a su corazón reconocido el sufragio de admiración debido a los progenitores de tanto bien. En medio del esplendor, del poder, de la gloria, de la dicha, del saber, de la libertad, que será el patrimonio de nuestros hijos, ellos pronunciarán con veneración los nombres de sus inmortales benefactores.
V.E., después de haber tributado a su patria los servicios más esclarecidos, ha puesto el colmo a su gloria por su moderación, obediencia y desprendimiento. V.E. estaba llamado por su nacimiento, valor, virtudes y talento, a ser el primer jefe de la nación granadina, pero V.E. ha preferido ser el primer subdito de Colombia. Yo que sé más que otro alguno a cuánto tenía derecho V.E. a aspirar, me asombro al contemplar cuánto ha renunciado V.E. por aumentar sus títulos a la gratitud nacional. Títulos que ya parecían completos. ¿No fue V.E. el primero que levantó un ejército para oponerse a la invasión de Casanare por nuestros poderosos enemigos? ¿No fue V.E. el primero que restableció el orden y una sabia administración en las provincias libres de Nueva Granada? ¿No fue V.E. el primero en apresurarse a dar el complemento a su libertad? ¿A abrirnos el camino por las Termopilas de Paya? [1] ¿No fue V.E. el primero en derramar su sangre en Gameza [2] y el primero en Vargas y Boyacá en prodigar su vida? ¿No ha justificado V.E. mi elección por su inteligencia, economía y rectitud en el gobierno de la Nueva Granada? Es, pues, V.E., el más acreedor a la gratitud de Colombia, que por mi órgano la manifiesta a V.E. y a esos dignísimos pastores, magistrados, jueces, defensores y ciudadanos del departamento de Cundinamarca.
Dios, etc.
BOLÍVAR
* De impreso moderno. De "Cartas a Santander", tomo II, págs. 112-113.