El Rosario, 12 de julio de 1820.
A S.E. el general F. de P. Santander.
Mi querido general:
Me alegro que haya salido el batallón de Honda y que Montilla se porte siempre con tanta actividad. También celebro lo que dice Valdés, de Concha, de Calzada, de Pitayó y López. Yo deseo que continúe sus operaciones con la mayor actividad, mas también deseo que obre con una prudencia extraordinaria, porque los momentos son los más interesantes para hacernos respetar por nuestra actitud militar. Dígale Vd. esto de mi parte a Valdés. Esta misma conducta he recomendado a todos los cuerpos de operaciones para no sufrir un revés; felizmente los que los mandan son prudentes.
El suceso de Corral [1] yo lo había admirado ya como debía: pero dar nombre de hombres comunes a los buques de la escuadrilla es quitarles el mérito a los que los merezcan. He visto el estado de la escuadrilla con unos nombres tan retumbantes como "Intrépido", "Concha", y otros así, que me he acordado de la caballería del general Zaraza [2] y de la burla que hicieron los españoles. Muchos días ha que tengo ganas de darle el nombre de Anzoátegui al batallón que manda Briceño, y no lo he hecho aún porque no me he atrevido; esto es con un muerto. Las recompensas honoríficas deben ser muy raras y muy justas. ¿No ha visto Vd. cómo no se han repetido los honores que hice a Girardot? [3] A propósito, que se le dé el nombre de Girardot al batallón que manda Ricaurte en Antioquia, para que su patria contribuya en algo a su gloria. El nombre del Cauca se le dará a un batallón de la Guardia; porque lo merece el Cauca.
Apruebo el envío de los diez mil pesos a Valdés en recompensa de Pitayó, sin ejemplar, a menos que repitan otro Pitayó, pues por aquí se necesita de todo, todo el dinero porque necesitamos de acercar los cuerpos para veteranizarlos.
Es un consuelo que vayan llegando libertos del Sur, esta es mi esperanza, en caso de no haber paz.
Que el batallón de Bogotá venga muy lentamente para que no se cansen ni fatiguen los bogotanos; que se haga lo mismo con los libertos que vengan a Málaga, al comandante Lugo y que no se manden más al Socorro ni a Tunja.
Los temores del Chocó siempre han sido infundados para mí; sin embargo, están en marcha cuatrocientos fusiles para que Vd. los mande al Sur anticipando la creación de un batallón para que marche a retaguardia del general Valdés, luego que lleguen los fusiles. A Antioquia se mandarán por el Cauca de los que entrarán por el Magdalena. Los fusiles son ciento que tiene Ortega, ciento que tiene Lugo y doscientos que lleva el oficial que trajo los sesenta mil pesos, reclámelos Vd. si se dilatan: los últimos van descompuestos, porque no ha habido tiempo para componerlos por atender a los cuerpos que están aquí.
Me gusta mucho que vayan municiones a Valdés, a quien se deben mandar cuantas se puedan con la mayor prontitud posible, para que lo alcancen antes de llegar a Pasto; y si no, es preciso que las escolte el nuevo batallón que se manda ahora a crear.
Autorice Vd. a Valdés para que nombre el que guste de jefe de estado mayor de su división.
Mando a Vd. esa carta que he recibido hoy para que vea lo que dice Alcántara [4]; me alegro que el batallón se esté fogueando, y sentiría que no comiese como dice su coronel, pues perderíamos la pólvora en salva.
De hoy a mañana espero un parlamentario de La Torre con la contestación a mi respuesta; todavía no he recibido nada del Apure sobre este particular, pero no lo extraño porque todo marcha con una gran lentitud por aquella parte.
Soy de Vd. de corazón.
BOLÍVAR
P. D.—Mando a Vd. la proclama de Morillo para que se ponga en la Gaceta, con las notas entre paréntesis y en letras bastardillas.
Estas notas pueden mejorarse con más sal y con algunos cauterios; Vd. haga de ella lo que guste suprimiéndolas o aumentándolas; pero que siempre vayan intercaladas en el texto, porque así hacen mejor efecto y no con llamadas; por supuesto que los números no se ponen y sólo sirven en el manuscrito para indicar los lugares anotados.
Segunda P. D.—Al fin mando la proclama y las notas todas en un cuerpo, con las mismas recomendaciones que antes.
* De un impreso moderno. Simón Bolívar, "Obras Completas", tomo I, págs. 469-471.
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