Trujillo, marzo 2 de 1821, 11º
Al Señor Coronel Ambrosio Plaza.
Acercándose ya el término del armisticio y aún temiendo S.E. el Libertador que se acelere el rompimiento de las hostilidades, ha dictado sus medidas preparatorias para que todos los ejércitos estén prontos a moverse y obrar al primer aviso. Y como la reunión del Grande Ejército debe hacerse en esa Provincia, que es la que ofrece más facilidad para las comunicaciones con el [ejército] [1] de Apure y para las subsistencias, ha dispuesto S.E. que marchen para Barínas los batallones Tunja y Vargas, y me manda que comunique a V.S. las órdenes siguientes:
1º Que pase V.S. a situarse con los tres batallones de su brigada en Santa Lucía [2] y demás pueblos vecinos de la parte baja de Santo Domingo [3], a las inmediaciones del Apure, procurando conciliar la comodidad de la tropa con la abundancia y facilidad de las subsistencias especialmente del pan, y con la seguridad de los cuarteles que deberán elegirse de modo que fácil y prontamente se reúnan los cuerpos y ejecuten los movimientos que se previnieren sobre el Apure, llegado el caso.
2º Que si no hallase V.S. comodidad en el Bajo Santo Domingo para colocar la brigada, puede V.S. extender sus cuarteles al otro lado del Apure, procurando situarla al frente de Nutrias [4], en San Vicente [5] o Setenta [6], donde sea más fácil proveerla de pan.
3º Que mientras permanezca V.S. de este lado del Apure en el distrito de La Guardia, conserve V.S. el mando de ella, dependiente inmediatamente de S.E. mientras está ausente el señor General Comandante en Jefe de La Guardia que marcha hoy en otra importante comisión; pero se sujetará V.S. a las órdenes del señor General Páez desde el momento que entre en el distrito de su ejército pasando el Apure.
4º Que yendo V.S. a un país donde le es más fácil adquirir los ganados, no lleve V.S. sino el muy necesario para sostener la brigada mientras recibe otras partidas que pedirá V.S. volando al Apure. Dejará, pues, V.S. para la subsistencia de los batallones que quedan sobre Barinas, todos los depósitos que tenga de ganado, procurando sea el mayor número posible, por la dificultad que hay de que le lleguen más.
5º Que deje también V.S. todas las municiones que haya en el parque y las piedras de chispa, llevando solamente las muy indispensables para cualquier caso imprevisto. El señor General Páez proveerá a V.S. de cuantas necesite luego que pase el Apure.
6º Que el señor General Guerrero tome el mando de las tropas que quedan en Barinas, es decir, de los batallones Boyacá, Tunja y Vargas mientras llega el señor Coronel Rangel [7] que va a mandarlos como Jefe de la segunda brigada. V.S. hará al señor General Guerrero todas las advertencias y le dará las noticias necesarias para que ejerza este mando interinamente y para que oportunamente envíe los batallones de Tunja y Vargas, que están en marcha por los Callejones [8], los auxilios de víveres, sin los cuales no podrán subsistir.
7º Que tome V.S. sus medidas antes de marchar, para que los enfermos de su brigada que salgan del hospital vayan a reunírsele con seguridad, luego que estén restablecidos.
8º Que tome V.S. del comisario Rocha dos mil pesos de los seis mil que lleva. Los cuatro mil restantes están destinados para la subsistencia de los batallones que quedan en Barinas y para el hospital. Cuidará V.S. de que se administre este dinero con economía para que no le falte mientras se le puede enviar otra cantidad.
Lo comunico a V.S., etc.
Dios guarde a V.S. muchos años.
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ
* Archivo del Libertador. O’L Vol. XVIII, primera parte, fº 93 vto. 94 y vto.