Chitagá, febrero 16 de 1821, 11º
Al Excelentísimo Señor Vicepresidente de Venezuela.
Por las dos copias que tengo la satisfacción de incluir a V.E. se instruirá de la insurrección con que la ciudad de Maracaibo, por una espontánea expresión de su voluntad, se ha substraído de la dominación española incorporándose y proclamando solemnemente la República de Colombia. Este plausible suceso tuvo lugar el 28 de enero último y aunque fue presidido [por] [1] admirablemente por el orden y la moderación más extraordinaria, la autoridad que se constituyó en el mismo día [temió que] [2] temerosa de que, o el pueblo entregado a los transportes de gozo, olvidase aquellos principios y sufriese los horrores de la anarquía, o que sus antiguos opresores viéndolos indefensos destinasen alguna fuerza contra la ciudad y la exterminasen saciando su venganza, imploró el auxilio del señor Comandante Heras que ocupaba a Gibraitar con el batallón de su mando. El Comandante Heras alarmado con los temores de la ciudad, expuesto de un modo exagerado por los comisionados que se le dirigieron, se dejó arrastrar de su entusiasmo por la libertad, y prefiriendo ser juzgado y castigado, antes que ver perecer aquel virtuoso pueblo [se marchó con él y lo ocupó] [3] accedió a las instancias que se le hacían, marchó sobre él y lo ocupó el 29 felizmente.
Esta operación de parte del Comandante Heras, sin esperar la resolución del señor Comandante en Jefe de La Guardia, ha comprometido el Gobierno en una desagradable y delicada competencia con el español y a un rompimiento abierto de hostilidades. S.E. el Libertador desea evitar la renovación de la guerra antes de expirar el armisticio y está decidido a responder satisfactoriamente a los reclamos que se hagan de parte de la España; pero como S.E. teme que ninguna satisfacción será bastante, sino es la de devolver la ciudad, y como cree al mismo tiempo que entregarla en manos de sus enemigos sería una violación horrible y escandalosa de la hospitalidad y de nuestras leyes fundamentales, es muy probable, si no seguro, que se rompan las hostilidades si no estuvieren ya abiertas de hecho. Previendo este caso me manda S.E. diga a V.E.
1º Que inmediatamente se ocupe V.E. de la organización y apresto del Ejército de Oriente para resistir cualquier ataque que se le haga y para invadir él, el territorio enemigo al momento que éste ejecute el primer acto hostil, o cuando reciba las órdenes que S.E. comunicará luego que vea el giro que tome la competencia suscitada con motivo de Maracaibo. Sobre todo dictará V.E. sus órdenes y medidas para evitar una sorpresa y colocar el ejército en la posición más ventajosa para obrar llegado el caso.
2º Que a precaución haga V.E. salir de Margarita desde luego que reciba esta orden, la expedición que se mandó formar y preparar para obrar sobre la costa de barlovento de La Guaira Esta expedición vendrá a Barcelona, recibirá allí las instrucciones que V.E. le comunicará con toda la prolijidad y detalles que le recomendé en una de mis comunicaciones de Barinas, y estará allí pronta para obrar activamente conforme se ha dicho en el artículo antecedente.
3º Que en el caso de renovarse las hostilidades el ejército de Oriente y la expedición de Margarita deben ejecutar el único plan que se había meditado y comunicado a V.E. por este Ministerio y por el Estado Mayor General.
4° Que está V.E. autorizado para formar, comunicar las instrucciones y dirigir las operaciones por esta parte conforme al plan dado, en el cual debe V.E. tener siempre a la vista que la ocupación de Caracas por la espalda del ejército enemigo distraído en el Occidente y Calabozo, es el objeto a que deben dirigirse todas las operaciones. V.E. puede, pues combinarlas y concertarlas y dirigirlas del modo que juzgue más conveniente con tal que se logre aquel [objeto] [4] importante objeto y el de distraer al enemigo.
[Lo comunico a V.E. de orden del Libertador para su inteligencia y cumplimiento] [5].
5º Que si V.E. cree necesario o útil acercarse a los dos cuerpos de ejército que dirige y colocarse en un punto céntrico de donde atienda más fácil y brevemente a ambos puede hacerlo. De este modo se logrará también la ventaja de que organice V.E. el país que se vaya libertando sin necesidad de que los Jefes de operaciones le detengan con esto, distrayéndose así de sus principales atenciones.
Lo comunico a V.E. de orden del Libertador para su inteligencia y cumplimiento.
Dios guarde a V.E. muchos años.
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ
* Archivo del Libertador. O’L. Vol. XVIII, primera parte, fº 72 y 73.
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