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DOCUMENTO 2637 OFICIO DE BOLÍVAR PARA EL GENERAL EN JEFE JUAN BAUTISTA ARISMENDI. FECHADO EN POTRERO DE ARAGUAQUEN EL 26 DE ENERO DE 1818 EN EL QUE LE TRATA ASPECTOS VARIOS DE LA CAMPAÑA.*

Potrero de Araguaquen, 26 de enero de 1818.

Al Exmo. señor General Arismendi.

Mucho tiempo ha que no recibo correspondencia ni noticia alguna de V.E.., ni de ningún otro empleado de esa Isla. Este silencio me hace creer que Lis pequeñas desavenencias que habían empezado a turbar la buena armonía entre V.E. y el señor General Gómez [1] han desaparecido del todo, y que dedicados ambos a reparar los males de la última campaña sólo se trata de obrar ya de acuerdo la felicidad de los virtuosos margariteños. Yo me felicito anticipadamente por los bienes de que me supongo autor por mis últimas comunicaciones, y felicito también a V.E. por los que ha hecho a su país en esta ocasión.

V.E. sabe que el inesperado suceso de La Hogaza me obligó a contramarchar de San Diego sobre Angostura para rehacer allí las pérdidas que sufrimos, reunir las fuerzas y organizar un ejército tan fuerte que no dejase incierta 1a suerte de la campaña. En efecto, la ley marcial que se publicó y las órdenes que se libraron a los diferentes cuerpos de operaciones produjeron el resultado que deseábamos [2]. Las levas que se hicieron [3] en menos de 20 días engrosaron el ejército hasta 5.000 hombres.

Me preparaba ya para volar sobre Calabozo a buscar al enemigo que había establecido allí su cuartel, cuando los partes del señor General Páez me instruyeron de que Morillo marchaba sobre él con un fuerte cuerpo. Las [4] ventajas que podíamos obtener en el Apure me parecieron más importantes y decisivas [5], así porque era necesario auxiliar y proteger al señor General Páez [6] inminentemente amenazado, como porque batido Morillo toda la República quedaba salva [7]. .Mis marchas, pues, se dirigieron a incorporarme [8] con el ejército de Apure, reuniendo de paso las brigadas de los señores Generales Monagas [9], Valdés [10] y Torres [11]

El 30 de diciembre último salí de Angostura, y habiendo [12] ya atravesado el Orinoco y el Arauca pienso seguir [13] mañana sin falta la marcha, y dentro de cuatro días estaré en San Juan de Payara, que es el lugar de la asamblea. Allí revisaré un ejército cuya fuerza no bajará de 7.000 hombres perfectamente armados y municionados. Las operaciones empezarán inmediatamente después, y San Fernando será el primer puesto enemigo que ocuparemos.

Probablemente la campaña será breve y feliz. Nuestros medios son poderosos, y aunque el enemigo tampoco es débil, sus fuerzas no pueden comparársenos, y quizás ni aún oponérsenos si insiste en su plan de obrar por divisiones separadas a grandes distancia.

Además de la superioridad de nuestras fuerzas, cuento también con la cooperación de los pueblos que habiendo comenzado a sacudirse- distraerán con sus movimientos la atención del enemigo. Toda la provincia de Mérida se ha sublevado por una acción simultánea: ha degollado las guarniciones que la oprimían y se prepara para resistir cualquier tentativa del enemigo.

E1 señor General Páez que está en comunicación directa con ella por Pedraza, le ha enviado algunos auxilios bastantes, no solo para sostenerse hasta que se aproxime el grande ejército, sino para extender la insurrección a la Provincia de Trujillo y al occidente de la de Caracas, que está también amenazado por fuerzas guerrilleras. Si el enemigo dirige parte de sus tropas a contener estos progresos, nuestra victoria es más cierta y segura. Sí te desprecian, cuando me acerque allí encontraré ya un nuevo ejército. Tal es la alternativa a que están reducidos los españoles. Pero cualquiera que sea el partido que abracen, yo espero estar en Caracas dentro de dos meses.

Mientras ejecuto yo las operaciones en el Apure, el señor General Bermúdez, con su División y los campos volantes que han quedado en los Llanos de [14] Barcelona y Caracas, queda encargado de la defensa y conservación de las Provincias de Oriente contra cualquiera invasión exterior. Sus fuerzas y los elementos que le he dejado aseguran la tranquilidad de esa parte de la República.

Por el señor General Bermúdez está V.E. instruido del feliz. término que han tenido las desavenencias del Exmo. señor General Mariño. A solicitud de este, yo ordené que se remitiese a esa isla a disposición de V.E ., y aunque las circunstancias no me habían permitido hacer a V.E. mis prevenciones, supongo que no habrán sido necesarias para que haya V.E. velado sobre su conducta y sobre todo para que no se le permita salir de ahí sin mi licencia expresa. Cuando la República [15] por un aborto extraordinario de la fortuna, ha llegado a verse tranquila en su interior, sería una imprudencia criminal esparcir de nuevo el germen de la discordia. Hasta que no hayan desaparecido del todo los principios de divergencia; hasta que consolidada la libertad general no podamos presentarla a los pueblos como un resultado inmediato de la unión, y oponer barreras fuertes al espíritu del partido V:E. . y todos los amigos del orden y de la paz debemos esforzar nuestra vigilancia por prevenir y alejar cuanto vea posible una nueva facción que no seria sino muy terrible y desastrosa.

La Isla de Margarita y V.E. son hoy los guardas fieles de la tranquilidad doméstica. Si [16] este sagrado depósito es conservado [17], la República será deudora a la Margarita y a V.E. de una parte de su libertad civil y del reposo interior.

Las noticias que nos han llegado de Europa y del Norte de América confirman las que antes habíamos tenido sobre el interés que toman ya las naciones por nuestra causa. El congreso de Viena y el actual de los Estados Unidos se ocupan de nosotros, y hay fundamentos para esperar un resultado favorable. La Inglaterra, sobre todo, sostienen el [18] partido de nuestra Independencia [19] que parece dispuesta a proteger [20]. Muy pronto debemos aguardar la decisión final de la Europa, que nos abre un vasto campo de gloria o de felicidad.

Dios, etc.

[BOLÍVAR] Del copiador. Archivo del libertador, vol. 24. fol. 231 vº 233. Escrito de letra de Briceño Méndez. El destinatario es el General en Jefe Juan Bautista Arísmendi (1775-1841), quien para la época residía en Margarita. Sobre las características del cuaderno copiador véase la nota principal del documento. Nº 2559

Notas

[1] General de Brigada Francisco Esteban Gómez, sobre quien puede verse la nota 7 del documento numero 1472.

[2] Testado: "Un ejército".

[3] Testado: "hace en".

[4] Testado: "circunstancias me hicieron pa"

[5] Testado: "dirigiéndome".

[6] General de Brigada José Antonio Páez.

[7] Interlineado "toda la República quedaba salva" donde se testó "nada nos quedaba qué hacer para salvar toda".

[8] Interlineado "incorporarme" donde fue testado "reunirme".

[9] General de Brigada José Tadeo Monagas.

[10] General de Brigada Manuel Valdes.

[11] General de Brigada Pedro León Torres.

[12] Interlineado "habiendo" donde fue testado "hoy esta".

[13] Testado "marcha en San Juan de Payara en los transportes y caballos que aguardo para montar la caballería que traigo, no me hubieren detenido aquí desde el 23. Aún no ha llegado, pero espero que llegarán hoy y

[14] Interlineado "los Llanos de".

[15] Interlineado "los Llanos de".

[16] Testado “saben como”

[17] Testado "como las deberá".

[18] Testado "nuestro" e interlineado "el".

[19] Testado "Libertad" e interlineado "Independencia".

[20] Interlineado "proteger" donde antes se testó "sostenerla".

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