Zumbique, 29 de diciembre de 1821.
Al Vicepresidente de la República.
Meditando sobre la comunicación que últimamente ha dirigido el Señor General Soublette relativa a los temores que tenía de que la Provincia de Caracas fuese invadida por el Brigadier Morales [1], he pensado que sería conveniente comunicar al Gobierno, los medios que me han ocurrido capaces de impedir en lo futuro tamaños males y otros mayores.
1° Ei Batallón Carabobo y Tiradores deben trasladarse a Caracas y sus inmediaciones para que allí sean completados hasta mil hombres cada uno con indios puros del Departamento del Magdalena [2] que se irán embarcando sucesivamente como se vayan reclu-tando de los pueblos que más realistas se hayan mostrado, y que sean de temperamento ardiente.
2º Estos cuerpos deberían ser reemplazados por un batallón de 1.000 hombres que el Señor General Soublette debería mandar anticipadamente a Coro, compuesto de gente de las inmediaciones de la capital de Caracas, pero todos solteros para que continúen la [guerra] [3] campaña y la pacificación de [Colombia] [4]] Coro.
3° La Guarnición de Cartagena y Santa Marta debe componerse de indios puros del Departamento de Venezuela con igual número de hombres al que envíe el Señor General Montilla al Señor General Soublette.
4º La Guarnición del Departamento del Zulia debe ser compuesta de un batallón de indios puros venidos del Departamento del Orinoco [5], que deberá formarse en la Isla de Margarita para que no puedan desertar de allí, y viceversa la guarnición del Oriente debe tener un batallón del Zulia compuesto de indios puros. Ambos cuerpos deberán crearse con oficiales de los mismos departamentos de donde sea la tropa, y todos deben marchar embarcados para que no puedan aprender los caminos.
5º Estas tropas deben colocarse en los lugares más sanos y cuidarse preferentemente hasta que se aclimaten.
6° Cuanto más salvajes sean los indígenas harán menos falta a la agricultura, a las artes, y de consiguiente a la sociedad, y no dejarán de ser buenos soldados porque sean salvajes. Esta consideración me ha movido a dar la preferencia a los indígenas para la creación de estos cuerpos, pues en general los naturales del país no tienen industria alguna y ha padecido en la guerra esta raza, menos que las demás.
7° En el Departamento de Boyacá [6] debe levantarse un batallón de 1.000 plazas que se deben aclimatar en los países más ardientes para que puedan entrar al auxilio de cualquiera operación militar.
8º La Guarnición del Istmo yo la haré hacer con tropas de Guayaquil y de Cuenca [7]. Las tropas del Istmo irán a Margarita y las de Quito vendrán a Cundinamarca en número de 3.000 hombres por lo menos. Quito, Guayaquil y Cuenca serán guarnecidos por tropas de La Guardia, principa’mente por los venezolanos, tanto de Caballería, como de Infantería.
9° Ocho escuadrones de caballería se formarán con vaqueros del Sur y permanecerán probablemente acantonados en toda Venezuela.
10º Que se ordene traer del hato de la Yagua u otro cualquiera del Estado, veinte o treinta mil cabezas de ganados vacunos y caballares para que se empotreren a los alrededores de los Valles de Aragua y de Valencia para el servicio del Ejército, debiendo establecerse en Chirgua [8] y Caicara [9], posesiones mías, madrinas de mil yeguas en cada una con excelentes padrotes y buenos caporales para que tengamos remonta para nuestra caballería.
Con estas medidas y las más que V.E. juzgue convenientes se puede mantener aquel país en seguridad hasta mi vuelta de Quito, y como entonces esté en nuestro poder aquel país y se hayan dictado estas providencias, yo me encargo en lo futuro de mantenerlo libre, próspero y tranquilo.
Espero que V.E. meditando estas consideraciones las halle conformes al mejor servicio de la República.
Dios guarde, &.,&.
[BOLIVAR]
Adición: Estas órdenes las deberán conducir oficiales de toda confianza para que no se pierdan, ni se extravíen.
Vale.
* Archivo del Libertador. O’L Vol. XVIII, 29 f° 251 vto. al 252 y vto.
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