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DOCUMENTO 5209. OFICIO DE PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ PARA EL VICE­PRESIDENTE DE COLOMBIA, FECHADO EN SAN CRISTÓBAL EL 22 DE DICIEMBRE DE 1820, EN EL CUAL DE PARTE DE BOLÍVAR LE DA UNA RELACIÓN DE LA SITUACIÓN, FUERZAS Y POSICIO­NES DEL EJERCITO, COMO CONSECUENCIA DE HABER DELE­GADO EL LIBERTADOR EN EL VICEPRESIDENTE, EL PODER PARA DIRIGIR LA GUERRA EN VENEZUELA.*

Cuartel general libertador en San Cristóbal, a 22 de diciembre de 1820.

Al Excmo. señor Vicepresidente de Colombia.

S.E. el Libertador presidente se ha servido comunicarme la delegación que ha hecho en V.E. del poder y facultad necesaria para que dirija la guerra en el departamento de Venezuela, mientras S.E. regresa del de Quito, a donde le llaman objetos de una gran entidad, y me ha mandado que haga a V.E. una relación, aunque sea ligera­mente, de la situación, fuerzas y posiciones de los diferentes cuerpos de ejército que hacen la guerra en el departamento que se somete ahora a V.E.

Me limitaré a dar a V.E. ideas generales sobre todo esto, así porque estando lejos del archivo no tengo a la vista los documentos que debería consultar, como porque estando nombrado jefe del estado mayor de V.E. el señor coronel Bartolomé Salom, podrá V.E. tomar de él todos los detalles que desee, como que ha estado sir­viendo el estado mayor general en clase de subjefe.

Por las líneas de demarcación señaladas en el tratado de armisticio, vendrá V.E. en conocimiento de nuestras provisiones en Ve­nezuela. Las riberas derechas del Uñare y del Guanape están ocu­padas por la columna que a las órdenes del señor coronel Macero invadió la costa de barlovento de la Guayra, y la ribera izquierda del Manapire lo está por el ejército al mando del señor general Bermúdez, que ocupa la parte en nuestro poder de los Llanos de Cara­cas y las provincias de Barcelona y Cumaná. El ejército de Apure, mandado por el señor general Páez, cubre la derecha del Apure, desde su confluencia al Orinoco hasta donde recibe aquél a Santo Domingo. Desde aquí empieza la línea ocupada por la Guardia del Libertador, corriendo por la derecha de Santo Domingo hasta la ciudad de Barinas; de allí hasta Boconó de Trujillo una línea ideal, y en Trujillo la demarcación antigua de aquel departamento y la provincia de Caracas. El señor general Urdaneta, como comandante general de la Guardia, manda todas las tropas comprendidas en el vasto distrito que ella cubre. He omitido la línea que separa nuestras tropas de las enemigas en Cumaná, porque ésta debe haber sido trazada por el teniente coronel Ibarra que fue comisionado al intento. V.E. podrá tomar de él o de S.E. el vicepresidente de Vene­zuela los informes que necesite acerca de ello.

Las fuerzas que obran en Venezuela están divididas en cuatro cuerpos de ejército: dos de oriente y dos de occidente. Los de oriente tienen por centro común de autoridad a S.E. el vicepresidente de Venezuela, con quien se entenderá V.E., y se componen: el primero, a las órdenes del señor general Bermúdez, de la división de los Llanos de Caracas, de la división de Barcelona y de la de Cumaná que hostiliza la capital de la provincia, y el segundo, al mando del señor general Arismendi, consta de las tropas disponibles de la isla de Margarita. Estos dos cuerpos del ejército deben moverse en combinación, es decir, el señor general Arismendi por la costa, y el ge­neral Bermúdez por el interior sobre Caracas, que es el objeto co­mún de ambos. S.E. el vicepresidente de Venezula que los dirige, debe acercarse y colocarse convenientemente para atender a ambos llegado que sea el caso de abrir las hostilidades.

Los dos ejércitos de occidente no han reconocido otro centro de autoridad que la de S.E. el Libertador, y no reconocerán ahora tampoco sino la de V.E. El de Apure tiene el doble objeto de atender a la ciudad de Calabozo, donde existe una división del ejército es­pañol que cubre el Llano de Caracas, y de amenazar y tomar la espalda del grande ejército español, caso que éste se adelantase por el occidente de Caracas sobre las posiciones de la Guardia. Este cuerpo consta de cerca de cuatro mil hombres, divididos casi por igual parte en las armas de infantería y caballería; sus tropas son de excelente calidad, están perfectamente armadas, equipadas y ves­tidas.

El cuerpo principal y más firme apoyo de la república por su número, por la clase de tropas de que se compone, por sus jefes y por los objetos a que está destinado, es la Guardia. El señor general Urdaneta merece la plena confianza de S.E., y está por consi­guiente encargado de lo más arduo y difícil de nuestras operaciones militares por esta parte. El hacer frente al ejército español situado en el occidente de Caracas y amenaza a Maracaibo y Coro. Sus fuer­zas, que son ahora de cinco mil hombres, deben aumentarse hasta nueve o diez mil con los cuerpos y reclutas que S.E. ha pedido a algunas provincias y que deben llegar y disciplinarse durante el armisticio.

Aunque el Libertador ha tomado medidas para asegurar la subsistencia de la Guardia, que es la que necesita principalmente los cuidados del gobierno por hallarse en países desprovistos, recomienda a V.E. muy particularmente que se ocupe de atender y remediar las necesidades de aquellas tropas.

Por separado daré a V.E. una idea del plan general de campaña que S.E. ha concebido y comunicado ya al vicepresidente de Venezuela y a los señores generales Urdaneta y Páez.

Dios guarde a V.E. muchos años.

Excelentísimo señor;

El ministro,

PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ

* De un impreso moderno. "Cartas a Santander", volumen III, págs. 282-284.

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