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DOCUMENTO 5204. CARTA DEL LIBERTADOR PARA DON PABLO MORILLO, FECHADA EN BARINAS EL 11 DE DICIEMBRE DE 1820, EN LA CUAL LE AVISA DE SU LLEGADA A ESA CIUDAD, EN LA QUE HA DETERMINADO DEJAR UN BATALLÓN, SIEMPRE QUE NO SE CONSIDERE INFRACCIÓN AL ARMISTICIO. SE REFIERE TAM­BIÉN A SU RESOLUCIÓN DE NO ENVIAR DIPUTADOS A ESPAÑA Y LE ESPECIFICA SUS RAZONES.*

Barínas, 11 de diciembre de 1820.

Señor general don Pablo Morillo. Mi estimado amigo:

Hace tres a cuatro días que he llegado a esta ciudad con el objeto de establecer una brigada de la Guardia compuesta de 2.000 hombres a las órdenes del coronel Plaza. Estos pueblos están miserables como Vd. sabe, tanto en cuarteles como en víveres, y, por lo mis­mo, será indispensable repartir la tropa desde Harinas hasta Santa Lucía, a las márgenes del Santo Domingo. Yo no quiero llevar estas tropas al Apure, porque allí carecen absolutamente de pan; por consiguiente, estoy determinado a dejar en esta ciudad un batallón con el coronel Plaza, así para que esté en el centro de la línea que ocupan sus tropas, como para las comunicaciones que se ofrezcan con Guanare. La infracción del armisticio en esta parte es insignificante porque nada disminuye a la seguridad de las tropas de la quinta división de su ejército: lo mismo es un batallón más o menos, aquí o en Torunos, o en Quebrada Seca.

Además, esta ciudad necesita de protección para que se restablezca algo de sus antiguas miserias, y sólo con tropas, víveres, dinero y con un buen jefe se puede lograr algo de esto. Sin embargo, si a Vd. no le parece bien la colocación de un batallón en esta ciudad, tendrá la bondad de escribírselo al coronel Plaza que tiene orden de retirarlo inmediatamente.

Vamos a hablar ahora de otra cosa más importante. Yo no puedo enviar los diputados a España sino después que se haya esta­blecido el congreso en Cúcuta, lo que será en todo enero, porque no sé bajo qué condiciones querrá el congreso que se trate con el gobierno español, y, por lo mismo, es indispensable consultarlo; mientras tanto, estamos perdiendo el tiempo y arruinándonos inútilmente en mantener tropas cuyo número es excesivo por ambas partes. Esta dilación debe perjudicarnos, porque si terminado el armisticio no se han arreglado nuestros asuntos, tendremos que em­pezar las hostilidades. Esta consideración me hace instar a Vd. a que escriba a la Corte para que envíe plenipotenciarios, o se auto­rice a los generales o jefes que están aquí en Venezuela para que traten con nosotros y terminen de una vez nuestras diferencias. Debe Vd. tener entendido que más fácilmente obtiene el gobierno español una ventaja del nuestro aquí, que del enviado nuestro allá. Nada tiene de extraño el que un gobierno se reserve para sí la facultad de conceder lo que no se atrevería a cometer a ningún enviado fuera de su país, y sí sería extraño que hiciese lo contrario: es hablando con la mayor franqueza que comunico a Vd. este pen­samiento para que haga de él el uso que crea conveniente, en la persuasión de que, si esperamos el resultado de nuestros comisiona­dos, el negocio va a prolongarse extraordinariamente, y quizá sin objeto alguno.

Nuestro amigo común, el coronel Herrera, que ha tenido la bondad de acercarse aquí para tratar conmigo sobre límites y comunicaciones, es el encargado de esta carta, que espero llegará con seguridad a manos de Vd. Supongo que habrá Vd. tenido un viaje feliz como yo lo deseo, y también supongo que habrá Vd. recibido la agradable orden que esperaba para volver al seno de la patria a recibir los favores de himeneo; por todo doy a Vd. la enhorabuena.

Pienso ahora volver a Cúcuta a acelerar la instalación del congreso y ocurrir a cualquiera diferencia que haya en Nueva Granada y Maracaibo sobre armisticio. En tanto acepte las expresiones más sinceras de mi cordial afecto y amistad.

De Vd. atento, seguro servidor. Q. B. S. M.

BOLÍVAR

Copia de la original que está en el Manifiesto que hace a los pueblos de Venezuela el mariscal de campo, don Miguel de La Torre, general en jefe del ejército expedicionario de Costa Firme, sobre la continuación de la guerra.

Caracas, 1821 — Imprenta de D. Juan Gutiérrez — Nota de Arístides Rojas.

Nota del doctor Lecuna: Corregida por el original impreso del Manifiesto. El ejemplar no tiene carátula.

* De un impreso moderno. "Cartas del Libertador" (Fundación Lecuna), tomo II, págs. 471 al 473. Caracas, 1964.

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