Sabana Larga [1], 21 de noviembre de 1820.
(Al señor Juan Rodríguez de Toro).
Mi querido Juan:
Hoy he tenido una emoción tiernamente agradable al recibir tus letras. Ellas reunieron en un punto muchos recuerdos y sentimientos de mil especies. Al saberte al alcance de mi vista he olvidado que vienes empleado por el enemigo; y sólo he sentido que eres el antiguo bueno y compasivo Juan Toro. Si el pobre Marqués y Fernando estuvieran aquí con nosotros ¡qué agradable momento habrían experimentado!
La cosa del teniente coronel Pita me produjo una irritación de que no puedes formar una idea; todavía estoy malo de ella. Yo no pude menos que pensar que nuestra moderación habría animado a nuestros enemigos a ultrajarnos; y como Vds. venían empleados por ellos, era su deber cumplir con las instrucciones que hubiesen recibido; por consiguiente, teniendo yo la mayor consideración y respeto por Vds., me pareció prudente evitar una escena de dolor con personas que me tienen arrebatado el corazón.
Mañana en todo el día podré ir a Trujíllo, si acaso mejoro del cólico que he padecido de ayer a hoy, mientras tanto puedes ofrecer a los señores Correa y Linares los sentimientos más tiernos de mi aprecio y consideración. Adiós, mi querido Juan, recibe un abrazo de tu tierno amigo.
* De un impreso moderno. "Cartas del Libertador" (Fundación Lecuna), tomo II, pág. 458.