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DOCUMENTO 29. CARTA A LA SEÑORA TERESA LAISNEY DE TRISTAN, CON LA EXPRESIÓN DE SENTIMIENTOS DE DESPEDIDA AL AUSENTARSE DE EUROPA.*

[Fines de 1806?]

[A la señora Teresa Laisney de Tristán].

Chére dame et amie: Je ne vous ai pas écrit depuis mon départ de Paris; eh! que vous aurais-je mandé? Je n’avais rien a vous diré qui pút vous intéresser. Toujours méme train de vie, toujours méme ennui! Je vais chercher un autre mode d’existence; je suis excede de l’Europe et de ses vieilles sociétés, je retourne en Amérique; qu’y ferai-je? Je ne sais. Vous savez que tout chez moi est spontané,que je ne forme jamáis de projets. La vie du sauvage aurait pour moi des charmes, il est probable que je me construirai une hutte au milieu des belles foréts de Venezuela; je pourrai la casser des bran-ches tout á mon aise sans crainte qu’on vienne me gronder, comme cela vous arrivait lorque j’avais le malheur de prendre quelques feuilles á vos avortons d’orangers. Ah! chére Thérésa, heureux ceux qui croient á un monde meilleur, car celui-ci est bien aride!

J’aurais été bien heureux d’embrasser le colonel [1] avant de partir, je ne lui écris pas: eh! que puis-je lui écrire qu’il ne sache deja! II me traiterait de fou si je lui disais que la vie est triste, á lui qui n’a pas assez de temps pour admirer les nuages qui planent sur sa tete, les feuilles que le vent agite, l’eau qui coule dans le ruisseau, les plantes qui croissent sur ses bords? Heureux mortel, il n’a pas besoin pour animer sa vie de prendre part au drame des hommes, la nature est pour lui pleine de mouvement et de varíete. Quant á moi, la nature me parait aussi monotone que Thomme qui la tour-mente. Je vais revoir d’autres hommes, une autre nature; les sou-venirs de mon enfance leur prétent un attrait qu’ils cesseront bien-tót d’avoir quand je les aurai vus; mais le grand empereur [2] vient d’envahir l’Espagne et je désire être témoin de l’accueil que cet événement recevra en Amérique. Dites á Mariano que je l’aimerai toujours, que je ferai le long voyage de Caracas au Pérou [3], quand ce ne serait que pour donner de ses nouvelles á sa famille; que j’embrasserai son frére don Pio [4] avec autant d’affection qu’il pour-rait le faire lui méme. D’aprés tout ce qu’il nous en a dit, ce don Pió doit étre un homme fort aimable.

Adieu, chére Thérésa, ou plutôt au néant. . . car vous le savez, je n’ai pas le bonheur de croire á la vie de l’autre monde.

SIMÓN BOLÍVAR.

TRADUCCIÓN

[Finales de 1806?].

[A la señora Teresa Laisney de Tristán].

Querida señora y amiga: Yo no le he escrito desde mi partida de París; ¡ah! ¿qué le habría podido decir? No tenía nada que refe­rirle que pudiera interesarle. ¡Siempre el mismo tren de vida, siempre el mismo fastidio! Voy a buscar otro modo de existencia; estoy harto de la Europa y de sus viejas sociedades; me vuelvo a América; ¿qué haré allí? No lo sé. Vd. sabe que todo en mí es espontáneo, que nunca hago proyectos. La vida del salvaje tendría encantos para mí, es probable que yo construya una choza en medio de las bellas selvas de Venezuela. Podré, allí, romper a mi gusto las ramas de los árboles, sin temor de que se me regañe, como lo hacía Vd. cuan­do yo tenía la desgracia de coger algunas hojas de sus míseros naranjos. ¡Ah!, querida Teresa, felices aquellos que creen en un mundo mejor, pues éste es muy árido.

Para mí hubiera sido muy grato abrazar al coronel[1] antes de partir; yo no le escribo; ¡eh! ¿qué podría yo decirle que él no sepa ya? Me trataría de loco si yo le dijese que la vida es triste, a él, que no tiene bastante tiempo para admirar las nubes que pasan so­bre su cabeza, las hojas que el viento agita, el agua que corre en el arroyo, las plantas que crecen sus orillas. Feliz mortal. Para animar su vida, no necesita tomar parte en el drama de los hom­bres. La naturaleza, para él, está llena de movimiento y variedad. En cuanto a mí, la naturaleza me parece tan monótona como el hombre que la atormenta. Voy a ver de nuevo otros hombres, otra naturaleza. Los recuerdos de mi infancia les prestan un encanto que se desvanecerá cuando los haya visto; pero el gran emperador2 acaba de invadir a España y yo quiero ser testigo de la acogida que tendrá este acontecimiento en América. Dígale a Mariano que yo lo querré siempre, que haré el largo viaje de Caracas al Perú3 aunque sólo fuera para dar noticias suyas a su familia; que yo abrazaré a su hermano don Pío 4 con tanto afecto como pudiera hacerlo él mismo. Según todo lo que Mariano nos ha contado de él, este don Pío debe ser un hombre muy amable.

Adiós, querida Teresa, o más bien, a la nada. . . pues, Vd. lo sabe, yo no tengo la dicha de creer en la vida del otro mundo.

SIMÓN BOLÍVAR.

* Le Voleur, periódico de París, de julio de 1838. Sobre los orígenes de esta documentación y los problemas planteados acerca de su autentici­dad, véanse las notas principales de los documentos Nos. 24 y 25. Ade­más, respecto a esta carta, debemos señalar que en la narración en la cual se hallaba inserta cuando se publicó en Le Voleur, decía Flora Tristán:

"En 1807, mi madre recibió de Cádiz la última carta que le dirigió Bo­lívar". Como lo señala el Dr. Lecuna en su Cronología de Bolívar, éste partió de París, hacia la ciudad libre de Hamburgo, en septiembre de 1806, y se embarcó en octubre para América. Es posible que Teresa Laisney de Tristán hubiera recibido a comienzos de 1807 una carta de Bolívar fechada en octubre del año anterior, pero probablemente no fue enviada desde Cá­diz, sino desde Hamburgo u otro puerto del norte de Europa. Otro pro­blema, que no sabríamos resolver ahora, lo presenta el hecho de que en una carta de 1806 o comienzos de 1807, se aluda a la invasión dé España por Napoleón. Todo esto confirma la opinión del Dr. Lecuna acerca del cuidado con que deben ser leídos y utilizados estos documentos.

La Comisión Editora de los Escritos del Libertador, por su parte, reitera que al incluir en la presente compilación las cartas dirigidas a Mariano de Tristán (doc. N" 25) ya su esposa Teresa Laisney de Tristán (docs. Nos. 24 y 29), no entiende pronunciarse definitivamente sobre su auten­ticidad total o parcial, sino que se limita a ofrecer a los estudiosos el texto de esos documentos (tal como apareció en el periódico parisino “Le Voleur”) acompañándolo de notas de carácter tan objetivo como ha sido posible.

Notas

[1] Se refiere al Coronel Mariano de Tristán. Véase la nota principal a los docs. Nos. 24 y 25.

[2] Napoleón Bonaparte (1769-1821), Emperador de los franceses desde 1804. Acerca de la contradicción entre el hecho aquí descrito (la invasión de España) y la fecha que debe atribuirse a esta carta, véase la nota prin­cipal de este mismo documento.

[3] La familia Tristán era oriunda de Arequipa, en el Perú.

[4] Juan Pío Tristán y Moscoso (1773-1860), hermano de Mariano de Tristán.

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