Rosario, junio 12 de 1820.
Al Excmo. señor Vicepresidente de Venezuela.
Incluyo a V.E. copia del último parte que he recibido del señor Coronel Carmona desde Chiriguaná, y un extracto de las declaraciones que me acompañó. En ellas se impondrá V.E. de los sucesos de nuestras operaciones en la Provincia de Santa Marta y de la justicia con que S.E. el Libertador teme que la expedición del señor Coronel Montilla se haya reembarcado por haberle faltado la cooperación que oportunamente debió prestársele por la parte de Ocaña. El silencio que se guardó de esa capital sobre la salida de la expedición, y mejor diré, los avisos que el señor Ministro del Interior dirigió a S.E. anunciándole que no salía la expedición por no haber tropas suficientes y porque no venía ya para Venezuela el General D’Evereux, son la causa positiva de no haber sido socorrido el señor Coronel Montilla.
Para reparar ahora los males causados, tal vez irreparables por lo tarde que se aplica el remedio, se ha visto S.E. en la necesidad de desmembrar el ejército y destinar a las operaciones sobre el Valle Dupar una fuerte columna de 2.000 hombres, que debe obrar rápidamente.
Aunque las fuerzas que se dan al enemigo en Santa Marta no igualan siquiera a las que lleva el señor Coronel Lara, es de una inmensa importancia que sea auxiliado por refuerzos simultáneos por la costa, así para obligar al enemigo a dividir su atención y debilitarse más, como para forzarlo a que nos abandone el interior de la Provincia, donde podremos levantar y montar nuestra caballería. Con este objeto me manda S.E. diga a V.E.:
1º Que se repiten y encarecen las órdenes que en mis comunicaciones de 25 de mayo último y de 9 del corriente se libraron a V.E. acerca de la dirección de la expedición del señor General D’Evereux. Todo lo que acelere y facilite la ejecución del plan de operaciones que indiqué a V.E. en aquellas fechas, debe adoptarse. Que vaya la expedición irlandesa sobre Maracaibo, Río Hacha o Santa Marta debe ser el primer cuidado de V.E.
2º Que el General D’Evereux con su expedición vaya sobre uno de aquellos puntos, sépase o no del señor Coronel Montilla.
3º Que si éste ha evacuado a Río Hacha y se sabe el punto donde exista, le prevenga V.E. que intente de nuevo la misma operación. Estando ahora protegido por 2.000 hombres que obran, en Santa Marta y otros tantos sobre el Magdalena y Mompós, no solamente no es probable, pero ni aun posible, que los enemigos resistan el ataque combinado de fuerzas tan superiores a él.
S.E. descansa en la confianza de que nuestras operaciones del interior van a ser sostenidas por las de la costa, haya o no llegado el señor General D’Evereux; pues está cierto de que el señor Coronel Montilla ha traído 1.200 hombres, por lo menos, los cuales no pueden haber sido batidos cuando ha emprendido su retirada tan anticipadamente y cuando el enemigo no le ha opuesto, según el dicho unánime, sino 1.000 a lo más, y de éstos una gran parte gente colecticia sin disciplina ni valor.
Dios, etc.
PEDRO BRICEÑO MÉNDEZ
* De un impreso moderno. O’Leary, "Memorias"; tomo XVII, págs. 223-224.
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